Mamá y paracaidista, los dos roles que con amor y pasión asume la Capitana Elizabeth
Con admirable dedicación, es una mujer que ha logrado equilibrar su desarrollo profesional en la Fuerza Aérea con la abnegada misión de la maternidad.
Hay mujeres que nacen para inspirar, y hay madres que cada día se convierten en heroínas silenciosas, capaces de transformar el mundo con amor, valentía y entrega.
La Capitán Elizabeth Corredor es una de ellas. Hoy, la Fuerza Aeroespacial Colombiana celebra su historia como un homenaje a todas las madres que, como ella, hacen del amor su fuerza para volar.
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Desde sus inicios en la vida militar, la capitán adoptó con determinación la premisa de volar con valentía, arrojo y decisión, principios que han sido guía en su carrera y le han permitido culminar con éxito los cursos de Asalto Aéreo, Recuperación de Personal y Paracaidismo Militar en Caída Libre entre otros, habilidades con las que se ha destacado en la especialidad de Seguridad y Defensa de Bases de la Fuerza Aeroespacial Colombiana.

Además de su compromiso con Colombia, desde hace tres años asume con amor y dedicación el rol de ser madre; cuando sus labores al servicio del país le permiten regresar a casa, allí la espera su hijo, cuyo abrazo se convierte en una fuente de fortaleza y motivación para continuar con su vocación de servicio y su hijo sin duda encuentra la calidez, amor y protección de su madre.
Actualmente, es integrante del equipo de paracaidismo militar “Águila de Gules”, un sueño que inició desde que era Alférez, cuando marcó un hito en la Institución Militar, tras convertirse en la primera mujer con ese grado en culminar el curso de paracaidismo militar de línea estática en la Escuela de Instrucción Militar Aérea - ESIMA, ubicada en el Comando Aéreo de Combate No.1 en Puerto Salgar, Cundinamarca.

Con admirable dedicación, es una mujer que ha logrado equilibrar su desarrollo profesional con la abnegada misión de la maternidad; es sin duda alguna, un ejemplo de la mujer colombiana: resiliente, valiente y comprometida; para esta capitán el tiempo no es un límite a la hora de ser mamá, así como el cielo no lo es para volar y alcanzar sus metas.
A la fecha, suma más de 120 saltos, una cifra que refleja no solo su experiencia sino su compromiso, profesionalismo, persistencia y pasión por lo que hace. Oriunda de Bogotá, desde su bachillerato soñaba con estar en las filas de esta Fuerza Militar, una vez ingresó, no solo fue feliz ella, sino también su padre, quien deseaba ver a uno de sus hijos vestir con honor el uniforme militar.
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Incluso, tras su licencia de maternidad, la señora capitán regresó con mayor ímpetu, recuperando la proficiencia en el paracaidismo militar, su desempeño demostró que las habilidades pueden renovarse con esfuerzo, constancia y compromiso.

El ejemplo de la Capitán Elizabeth Corredor inspira no solo a quienes comparten su vocación militar, sino a todas las mujeres que trabajan con amor por cumplir sus propósitos, mientras cuidan lo más valioso de sus vidas: su familia.